Ceremonias, foros y conciertos en memoria de las víctimas de la masacre de 1932

Texto Iván Escobar / EC

Fotografías Iván Escobar y Juan Rivas

Comunidades indígenas, organizaciones y colectivos artísticos participaron este fin de semana, en una serie de jornadas conmemorativas en el marco del 92 aniversario de la masacre de 1932, las actividades tuvieron lugar en El Llanito, municipio de Izalco, departamento de Sonsonate, uno de los espacios sagrados paras las comunidades originarias. También se tuvieron actividades en otras zonas del territorio.

Desde el sábado 20 hasta hoy lunes 22, se han llevado a cabo jornadas conmemorativas, una de estas se organizó por el Consejo Ancestral de los Comunes en los Territorios Indígenas (CACTI), celebró una ceremonia ancestral al amanecer en memoria de las víctimas del 32´, el sábado 20 de enero, posteriormente se realizó un foro: en un primer panel los asistentes escucharon testimonios de tatas y familiares de víctimas de la masacre, provenientes de Nahuizalco, Tacuba e Izalco, en la zona occidental.

Un segundo panel, se realizó con académicos, representantes de derechos humanos, y de las comunidades originarias, que participaron en el conversatorio: “92 años del impunidad y peligro latente de repetición ante la nueva Ley de expropiación de tierras, del agua y otras acciones de despojo de bienes naturales”. Esta jornada tuvo lugar en El Llanito, espacio sagrado para las comunidades, por ser una de las fosas comunes donde en 1932 quedaron cientos de víctimas de la masacre.

A partir de las 4 de la tarde, del sábado se desarrolló el “Concierto por la memoria y los Derechos de los Pueblos Originarios”, donde participaron artistas locales y agrupaciones como: Yankwik Yultaketzalis, Nawilía, Shulul, Tecupan, Franklin Quezada, Lilo González y Machetrés. La actividad tuvo lugar en el parque central de Izalco.

La Alcaldía del Común de Izalco, inició este domingo sus jornadas conmemorativas, en horas de la noche recorrió las calles del municipio de Izalco, en Sonsonate, con la tradicional peregrinación a las fosas comunes, visitando los espacios sagrados como: La Ceiba, La Violeta y concluyendo en El Llanito. Durante el recorrido compartieron testimonios con pobladores y visitantes.

Este lunes 22 de enero, la Alcaldía del Común celebró su ceremonia ancestral en El Llanito, donde nuevamente se ha exigido justicia y reparación para las víctimas y familiares de la masacre de 1932. “…Esta ceremonia es para los abuelos, es para conmemorar toda esa masacre de hace 92 años. Es para decir que todavía estamos aquí, es para decirles que todavía existimos y vamos a seguir luchando…es para decirles a los abuelos que el sacrificio de ellos, todavía nosotros lo llevamos en nuestros corazones”, expresó este lunes, el Tata Tito Pasín, alcalde del Común de Izalco.

Las comunidades del Tunal Yukan en San Salvador, conmemoraron este domingo 21 de enero, a las víctimas del 32, en el altar Se At Tunal Yukan (Cerro de San Jacinto), donde además participaron representantes de la Asociación de Consejos de Pueblos Originarios de Cuzcatán (ACOPOC), así como una delegación de sacerdotes de Mayas, que asistieron.

“Una gran bendición, al AJAW, Creador y Formador, un ofrecimiento de nuestra cosmovisión Maya y espiritualidad” compartió el Tata Albino Cubur Quexel.

Izalco es el epicentro de la masacre de 1932

El municipio de Izalco, en Sonsonate “es el epicentro de la masacre”, aseveró Juliana Ama, pariente del tata José Feliciano Ama, líder indígena que encabezó la resistencia y fue asesinado por el régimen durante la masacre.

“Los abuelos levantaron su voz, yo tengo más de 20 años de estar impulsando la memoria, asistiendo cada enero a este espacio sagrado (El Llanito) para conmemorar a nuestras abuelas y abuelos”, añadió.

El 22 de enero de 1932, el gobierno de facto del General Maximiliano Hernández Martínez, impulsó una represión ante el levantamiento de las comunidades indígenas de la zona occidental y central del país, que exigían mejores condiciones de vida, la devolución de sus tierras comunales que habían sido expropiadas por los terratenientes cafetaleros, y otros problemas sociales que enfrentaban.

Entre el 22 y 24 de enero, las fuerzas gubernamentales, con apoyo económico de los terratenientes, así como grupos armados (apoyados por el gobierno), y bajo la consigna de que había que erradicar el comunismo de El Salvador, se persiguió y asesinó a más de 30 mil indígenas, semanas después y meses la persecución continuó al grado que los nativos originarios, por temor a ser asesinados, dejaron de utilizar sus vestimentas originarias, así como ya no se habló con libertad, el náhuat.

“La masacre fue el tiro de gracia para la lengua en 1932, a nosotros nos decían, que no nos iban a enseñar a hablarlo porque era peligroso”, comentó Juliana Ama, al referirse a los impactos que, a la fecha, sigue sufriendo la comunidad, a partir de la masacre.

A la fecha, el náhuat es una lengua que se está perdiendo, y las comunidades lamentan que no existan políticas encaminadas de reivindicar la memoria, y sobre todo el rescate de las tradiciones.