El reflejo de la cultura e identidad salvadoreña en los grabados de Roberto Melara

Carlos Rosas / Artista visual / EC

Hablar de grabado en las artes gráficas y visuales es referirnos a Roberto Melara como uno de los máximos artistas contemporáneos acérrimos a esta disciplina milenaria; quien actualmente exhibe sus trabajos en el Centro Cultural de España y la Casa de la Cultura de El Centro de San Salvador.

Vemos desde el primer detalle en los grabados de Roberto Melara signos arquitectónicos, culturales y sociales de nuestra idiosincrasia e identidad cultural salvadoreña; esto sin dejarnos indiferentes a su trabajo y a las escenas plasmadas.

Grabados realizados bajo las técnicas del Neolite y la Xilografía que denotan una factura de alta calidad, investigación, dedicación devota al grabado y su perfeccionamiento por más de 20 años, no solo técnico y estilístico, sino también de contenido. Y es que los grabados de Melara son una sintaxis visual de nuestro entorno mas inmediato, de nuestra realidad, de nuestra cotidianeidad, cambiante, constante, pero así mismo son también muestra fidedigna y fehaciente de resistencia permanente a través del tiempo y sus contextos. Así, a través del pasar de las épocas, su lenguaje visual bajo la modalidad del grabado permanecerá testimoniando una época, una cultura y una identidad muy nuestra y muy propia.

Entre sus composiciones, estructuradas bajo la perspectiva, y otras bajo los planos paisajísticos o del retrato, Melara nos deslumbra rasgos de nuestros paisajes urbanos, de la cotidianeidad y de su gente; nuestra gente. Ávido en el manejo de la gubia nos muestra escenas que se desenvuelven armoniosa y desinteresadamente a los ojos del perceptor, que este a su vez se vuelve uno con la obra al observar con detenimiento la cotidianeidad y adentrarse a ese mundo gráfico de los mercados, las plazas, iglesias, calles y avenidas de nuestro Centro Histórico del Gran San Salvador. Bajo un enfoque gráfico sereno y determinante nos ofrece en sus improntas una mirada contemplativa y nostálgica de sus escenas sucediéndose al aire libre, cargadas de dinámicas alegres, celebrativas, y a la misma vez, reivindicativas de la laboriosidad de nuestra gente y su cultura.

Su obra, con un contenido representativo de la dinámica cultural y social nos remonta a los grandes maestros del grabado en El Salvador como José Mejía Vides y Camilo Minero, quienes en sus trabajos representaban rasgos culturales e identitarios de nuestra gente, realizando prácticas, costumbres y tradiciones habituales en su cotidianeidad, proyectando con ello facciones y rasgos característicos de su constitución física.

De esta manera Melara se posiciona en el estrado del grabado nacional con su Memoria Gráfica dejando como legado una Impresa Memoria de nuestra particular forma de ser y comportarnos colectivamente, bajo las estructuras de una sociedad con orígenes y tradiciones con fuertes arraigos identitarios que han sabido permanecer a los embates del tiempo y los poderes fácticos que siempre nos han sometido y dominado.

Así, la obra de Melara se dispersa en el imaginario social de nuestra sociedad como un polinizador de la imagen y la gráfica, siendo esta a su vez signo representativo de resistencia y reivindicación de nuestra gente y de nuestra cultura. Permanecerá pues su obra en lo alto, firme, ondeando nuestro símbolo de pertenencia y resistencia a través del tiempo y el espacio, encapsulando nuestra historia e idiosincrasia salvadoreña en el arte gráfico, y devolviéndose a ella en forma de memoria identitaria.

San Salvador, agosto 2023